Sobre el punto 1 del artículo que podéis leer íntegramente a continuación, en que se habla sobre 'Apagar la calefacción sale caro', nos gustaría matizar que bajar la temperatura a 16ºC durante la noche no es apagar la calefacción, sino mantener una temperatura de confort para dormir bajo la manta lo suficientemente alta como para no tener que elevar la temperatura y, por tanto, el consumo, durante mucho tiempo.
Reducir la temperatura proporcionará un ahorro cuando se esté ausente, por ejemplo, también por más de 6 u 8 horas. Y la decisión de apagado total será aconsejable dependiendo del aislamiento de la vivienda, es decir, sólo cuándo este sea muy bueno, ya que apenas habrá pérdidas y riesgos muy bajos de heladas.
Tenemos que educarnos en el uso de la calefacción, aprender a sacar el mayor rendimiento de nuestra instalación mejorando elementos constructivos de nuestra vivienda (aislamiento), saber cuáles son los sistemas (radiadores o suelo radiante, termostatos modulantes y con gestión mediante sonda exterior...) y cuáles son los productos más eficientes. Con ello obtendríamos mayor ahorro a la vez que seríamos más respetuosos con el medio ambiente.
5 mentiras sobre la calefacción
Son los típicos consejos del listillo de turno. Esas leyendas urbanas sobre cómo ahorrar en calefacción que resucitan cada año con los primeros fríos. Tumbamos 5 mitos especialmente extendidos y ponemos a tu alcance herramientas para reducir de verdad tu factura.
El invierno es una verdad irrefutable ante la que no sirve argumentar sino reaccionar calentando tu casa. Analizamos las principales calderas de gas del mercado y 18 calefactores eléctricos:
1. Apagar la calefacción sale caro
Este mito está especialmente extendido y dice que apagar la calefacción consume más energía que mantenerla encendida a temperatura constante.
Aunque al encenderla tendremos un pico de gasto, a la larga el ahorro se nota y merece la pena. Bajar la temperatura a 16ºC durante la noche supone ahorrar un 13% respecto a mantener la calefacción encendida a 20ºC.
2. El calor apenas se escapa por las ventanas
Hay quien cree que el calor que se pierde por las ventanas apenas se nota en la factura si están bien cerradas y son pequeñas.
La realidad es diferente: una cuarta parte de la energía producida en los hogares se destina a cubrir lo que se pierde por las rendijas de las ventanas. El doble cristal puede reducir estas pérdidas en un 50%.
3. Las calderas de condensación necesitan radiadores grandes
Otra falsedad: los radiadores tamaño estándar son perfectamente compatibles.
Pero es cierto que si fuesen mayores podríamos ahorrar más (la caldera trabajaría a menos potencia).
4. No hay calefacción con paneles solares
Los paneles solares térmicos tienen un depósito que acumula calor y sí que pueden contribuir al sistema de calefacción de la casa.
Lo que es verdad es que estos paneles permiten ahorrar mucho más (hasta un 70%) en agua caliente y no tanto ("solo" un 40%) en calefacción.
5. El "calor azul" es lo mejor
Pese a las insistentes promesas de la publicidad, el llamado "calor azul" no figura entre las mejores opciones para calentar tu casa. En realidad es muy parecido a los clásicos radiadores eléctricos de aceite, pero con otros fluidos en su interior.
Los sistemas que emplean resistencias para calentar siempre son los más ineficientes y los más caros.