El invierno ya está aquí ¿cómo puedo afrontarlo mejor?

"Tanto las ventanas como las puertas son los puntos donde se suele escapar más el calor"
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Ideas urbanas

Uno de los momentos en el cual se pone más a prueba un hogar es la llegada del invierno. En estas fechas, más que nunca, pasamos gran cantidad de tiempo dentro de casa y la gestión de la temperatura puede ser determinante para nuestra salud. Dependiendo de la situación a veces es necesario comenzar la preparación con mucha antelación, pero hay una serie de elementos que siempre vienen bien.

Principalmente el objetivo es que haga más calor que en el exterior, pero cuidado; tampoco hay que pasarse ya que un cambio brusco puede llevarnos a caer enfermo. Un calor excesivo también reducirá la humedad del aire y, con ella, la mucosidad que habitualmente nos protege del clásico catarro invernal.

La calefacción es, sin duda, uno de los mejores aliados para no pasar frío en el hogar. Tener a punto la caldera o bomba de calor antes de que llegue el momento más duro del invierno servirá para evitar problemas de última hora y ahorrar en la factura energética.

Sea cual sea el modelo de caldera, siempre es importante tener la revisión de mantenimiento al día y, en caso de problemas o dudas, llamar a un técnico. También hay que acordarse de purgar las bolsas de aire en el circuito de una calefacción, ya que es una tarea que todos los años debería hacerse para evitar fugas de temperatura y evitar derrochar energía.

Un termostato adecuado es necesario para ayudar también a gestionar correctamente el calor. Por un lado es necesario poner un límite a la generación de la caldera, ya que puede disparar el coste de la factura. Además un termostato que deja programar horas o se puede activar a distancia, por ejemplo media hora antes de que lleguemos de la calle, puede ser muy útil. Para ello existen diferentes modelos de termostato, desde los clásicos conectados por cable a la caldera a otros más avanzados que se pueden utilizar a través de una app móvil por wifi.

Protección pasiva del inmueble

Una de las primeras cosas que se pueden hacer es revisar la protección pasiva del mismo edificio. Tanto las ventanas como las puertas son los puntos donde se suele escapar más el calor, aunque también no hay que olvidarse de las propias paredes o tejado.

Antes de que llegue una ola de frío es vital pensar en aislar correctamente las juntas de las ventanas y utilizar cristales de buen material o con varias capas. Las puertas pueden cederse y crear pequeñas filtraciones de calor, sobre todo por abajo; colocar un burlete o un cortavientos de cepillo siempre es una solución fácil y económica. También hay que pensar que los materiales de las paredes y tejados pueden suponer una bajada de categoría en la etiqueta de eficiencia energética del propio inmueble. En caso de tratarse de un edificio realmente antiguo o de materiales deficientes la mejor solución pasa por contactar con un profesional del sector para estudiar las opciones de aislamiento.

Pequeños remedios de toda la vida

Aunque no lo parezca también los truquitos que se han utilizado desde siempre pueden ayudar, sobre todo si se combinan con todo lo comentado hasta ahora. Tener un armario con ropa específica a la que poder echar mano antes de que llegue el invierno ayudará a no pasar ni una sola noche fría. Una buena colección de prendas, sábanas y mantas preparadas para esas fechas además nos ahorrarán parte de la factura energética ya que no abusaremos tanto de calefacción. Y, por supuesto, que no falte un buen caldo o potaje calentito en nuestros platos.

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