La sabiduría tradicional ha repetido machaconamente que las energías renovables son caras, que dependen de los subsidios, que resultan demasiado costosas para integrarlas en la red. Pero esta visión hoy en día se ha quedado anacrónica, aunque algunos no se hayan enterado o prefieran mantenerse en una supuesta ignorancia por no se sabe qué oscuros intereses.
La Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), publicó recientemente su informe “Costos de Generación de las Energías Renovables en 2014?. Un informe muy enjundioso y con información muy actual. Pero para entender bien lo que transmiten los gráficos que se recogen en el informe, es necesario comprender muy bien qué es el coste normalizado de la energía (LCOE por sus siglas en inglés). El LCOE se utiliza como una medida de la competitividad global de una determinada tecnología o planta de energía. Incluye los costos de capital y de combustible, costos de operación y mantenimiento y los costes de financiación, así como la supuesta tasa de utilización. No incluye los costes externalizados, ya sean positivos (subsidios) o negativos (impacto en la salud y en el medio ambiente). Son, como quien dice, los costes en estado puro, sin ninguna otra consideración.
IRENA mantiene una base de datos completa de los LCOE para proyectos de energía en todo el mundo y los utiliza en sus informes como elemento base de comparación. En el primer gráfico, que El Periodico de la Energía ya publicó el día en que se hizo público el informe, se recogen los LCOE de las distintas tecnologías renovables en comparación con las de los combustibles fósiles.
El gráfico muestra que la biomasa, la hidroeléctrica, la energía geotérmica y la energía eólica son competitivas en costos o más baratas que las instalaciones que producen electricidad a partir de carbón, petróleo y gas -cuyos costes se mueven en la banda horizontal indicada con color beige- aun sin apoyo financiero y a pesar de la caída de los precios del petróleo. Pero resulta más impresionante aún el hecho de que el costo nivelado de electricidad a partir de la fuente solar fotovoltaica se ha reducido a la mitad entre 2010 y 2014, de modo que esta fuente de energía, posiblemente la más denostada por sus “elevados costes”, hoy puede afirmarse que en muchos lugares –los costes varían según los equipos y el país- la energía fotovoltaica compiten en costes con las fuentes que utilizan combustibles fósiles.
Los costes externos
El segundo gráfico muestra la comparación de los LCOE con la inclusión de los costes externos, es decir, los costes variables de la integración de las energías renovables en la red, que son bastante modestos, y los costos de los distintos combustibles por su impacto en la salud y el medio ambiente, que oscilan entre los 20 y los 80 dólares.
El efecto neto de estos costes hace que las energías renovables sean considerablemente mucho más competitivas, principalmente por el aumento de los costes externos de los combustibles fósiles, tal como se aprecia en el gráfico.
Los costes de la fotovoltaica, en picado
Son numerosos los informes que apuntan que los costes de la tecnología fotovoltaica se han reducido drásticamente en los últimos años. Un informe anterior de la propia IRENA -REthinking Energy- aseguraba que el precio de las placas solares fotovoltaicas han descendido entre un 65% y un 75% entre 2009 y 2013, y el precio de la energía lo ha hecho casi en un 80% desde 2008, con una tendencia a la baja en los próximos años. En el informe de costes de generación de Irena se centra principalmente en el suministro eléctrico a gran escala y como ya se ha dicho antes, estima que entre 2010 y 2014 los costes se han reducido aproximadamente un 50%. Pero el informe también incluye un grafico que pone de manifiesto que la disminución de los costes también ha alcanzado a las instalaciones residenciales a pequeña escala.
El gráfico recoge la disminución de los costes en diversos países entre 2008 y 2014. Y los datos resultan igualmente increíbles, y ponen de manifiesto que alemanes (-64%) y franceses (-62%) han llegado a unos niveles de costes para las instalaciones solares residenciales notoriamente más bajos que los de otros países.
Todavía se puede mejorar
Por último, el informe de IRENA nos muestra cuál va a ser la evolución de los costes de las distintas fuentes de energía renovables en los próximos 10 años.
Tal y como se refleja en el cuadro, la biomasa, la hidráulica o la geotérmica son tecnologías maduras de las que no se espera que sus costes den una sorpresa y, en buena lógica, se mantendrán más o menos estables. Pero en el caso de la eólica y la solar -en todas sus manifestaciones- van a seguir reduciendo sus costes hasta hacerlos imbatibles. La carestía de las fuentes de energía renovables es ya un mito. Hoy las energías renovables pueden competir y ganar en costes a los combustibles fósiles incluso sin subvenciones. El cambio ha comenzado y no hay quien lo pare. El futuro es de las renovables, no sólo por razones medioambientales, sino también económicas.